Interesantísimo artículo que nos hemos encontrado en el genial blog ALL-9-LONG.
Mientras el gobierno lucha contra el incremento de graffitis, un joven ejecutivo de la industria musical cuenta como se convirtió en un héroe del metro.
"Jason Hamilton" lleva una doble vida. Por el día, es un productor musical que soporta una gran presión mediática, se pasa el día corriendo entre sesiones de grabación y reuniones con clientes. Sin embargo de madrugada, una mascarilla hace que cambie su confortable suite por un ámbito mucho más hostil.
Llevando una cizalla y una mochila con sprays, entra en las cocheras de trenes y en las vías para completar una misión de alto riesgo: pintar su nombre en los trenes y escapar antes de que circulen por la mañana. Jason, el hijo de dos funcionarios, es uno más de los escritores de clase media que pintan graffiti en Londres, profesionales bien educados que se arriesgan a multas, incluso a la cárcel, por la emoción de pintar graffiti tanto en trenes como en vías.
Esta semana el Gobierno anunció nuevas medidas contra el graffiti, dando a la policía el poder de parar y cachear a cualquier sospechoso de llevar sprays, Jason nos comenta que las nuevas amenazas no harán nada contra los escritores como el.
Sabe que es un hobby peligroso, un conocido escritor londinense: Moody, murió al ser atropellado por un tren en la estación de Catford el pasado verano. Pero para Jason el miedo es parte de la atracción. "Dos o quizás tres veces cada semana me pongo a prueba, yendo a lugares en los que un ser humano normal no debería de estar" nos explica en un pequeño gastro-pub de Camden. "Pero soportar toda esa tensión vale la pena con tal de ver tu nombre rulando" "Nada se puede comparar con el placer instantáneo del graffiti, todo lo que tenías en la cabeza durante todo el día desaparece, y sólo estás tu, el tren, tus amigos y lo que estas haciendo".
Hemos estado cuatro meses negociando para poder concretar una entrevista con Jason, está orgulloso de sus paneles y tiene un claro talento artístico, pero tiene miedo a una emboscada, a ser atrapado. Pinta las cámaras de seguridad antes de entrar en una cochera y sólo hemos podido contactar con el vía mail mediante intermediarios. Sabe que está buscado por una especie de vandalismo que cada vez cuesta más a los londinenses.
En Mayo, la Asamblea estimó el coste de limpieza de los graffitis en 100 millones de libras, dinero que podría haberse invertido en aumentar el número de vagones, en escuelas y en hospitales. El comité de la Asamblea deretó que "el incremento había sido espectacular en los últimos cinco años, calles, casas, autobuses, trenes pintados, creando una atmósfera de negligencia y criminalidad". Sin embargo, tras esa imagen de jóvenes desfavorecidos, el Comité se encontró cada vez más con casos como el de Jason, es decir, jóvenes profesionales con trabajo.
Así que, por qué un hombre, y a veces una chica, en sus 20 ó en sus 30 años se juega su carrera y su libertad para bombrdear Londres con esos garabatos llamdos "tags"? Adam Smith, que trabaja en la revista Bomb Alert nos dice: "Gente de todos las clases sociales hacen graffiti, chicos de clases media y algunos de clase alta. Para algunos, es un tema de fama, queriendo ser econocidos por sus compañeros, para otros en un tema pasajero. Personalmente, encuentro muy interesante que algunos continuen pintando cuando tienen trabajo y familia" Mis felicitaciones a aquellos que han sido arrestados más de una vez y siguen pintando.
Desde los 11 años, Jason ha dejado su firma en cientos, sino miles de trenes, vías y muros. Sus piezas han decorado las líneas Central y Hammersmith, las líneas Sureste, cercanías, y todo tipo de espacios desde edificios del Gobierno a patios de colegios. Ha sido detenido en siete ocasiones y tres veces ha ido a juicio, Jason no ve el día en que cese el impulso que le lleva a hacer graffiti, un impulso más placentero que cualquier droga te pueda ofrecer.
Como otros profesionales que comparten su pasión, Jason conoce a una enfermera, un cazarecompensas y un banquero que están activos. Dice estar dispuesto a arriesgarse a ir a la cárcel para dedicarse a lo que el define como su verdadera vocación. "Cuando estás acostumbrado este tipo de acción, es muy dificil dejarla a un lado" nos dice: "¿Por qué voy a dejar una parte tan importante de mi vida a un lado?.. ¿para sentarme a ver reality shows por la televisión el sábado noche?".
Jason fué arrestado por primera vez cuando tenía 13 años. Sin embargo y a pesar de largo historial nunca ha sido multado con más de 1000 libras. No cree que las nuevas leyes vayan a cambiar su forma de actuar. "Es mi trabajo diario el que ha persuadido a los magistrados para mantenerme fuera de la cárcel" nos dice.
"Obviamente no quiero ir a la cárcel y sí, ahora tenog mucho más que perder. Pero hay cosas que quiero pintar y siguen en mi cabeza desde que tenía 11 años. No puedo enumerarlas en un papel, pero lo sabré cuando las pinte".
Para Jason, la atracción reside en la combinación de miedo y concentración total que alcanza cada noche que sale a pintar. "Te sientes como Scott en la Antártida, explorando nuevos territorios: desde el momento en el que entras en una cochera estás en estado de extrema alerta. "Los nervios empiezan a disminuir, el sentimiento cambia a una consciencia total de lo que estás haciendo y te concentras en ello, también sientes una preocupación por no ser atrapado".
"Alguna gente sí, pero yo no lo hago por adrenalina, lo hago por el reto que supone crear algo en contra de mis probabilidades, en 30 minutos o en una hora, poder pintar algo bueno en los lugares más inóspitos. Esa sensación de haberte salido con la tuya es increible".
Su primera pieza, copiada del libro New York Subway Art, cubrió la puerta de un garaje cercano a su colegio, desde entonces quiso hacer más y más y prosperó en una localidad a una hora al norte de Londres. Desde entonces ese impulso nunca le ha abandonado.
Estudió hasta el nivel A en la escuela y entonces se fué a Londres para conocer más acerca de la cultura del graffiti. Dejó la carrera de Bellas artes para conseguir algún que otro trabajo diseñando y en la música. En cada etapa ha estado noches y noches, literalmente, pintando la ciudad. Inclus sus vacaciones las dedica al graffiti. Reciéntemente ha pasado una semana en Alemania pintando trenes. A través de sus contactos ha dormido gratis en casa de sus amigos en Berlín y Colonia, y le han sacado a pintar cada noche.
Incluso entre las crews más activas en Londres, con nombres como DDS "Diabolical Dub Stars" ó TK "Total Kaos", Jason es considerado uno de los escritores más célebres. Mide unos 6 pies, tiene buen aspecto, de pelo corto negro y con barba de un día, no tiene aspecto de friki. Sea como sea, su devoción por el graffiti le garantiza que hay veces, como ahora, que se encutra atrapado entre el y las chicas, "A las chicas al principio les excitaba, pensaban que era atrevido y "cool"!!.. pero cuando se dan cuenta de la realidad, desaparecer un fin de semana completo, volver lleno de pintura y queriendo acostarme con ellas.. resulta menos atactivo!!".
Por razones obvias su secreto se extiende a su puesto de trabajo. "Me encanta el romanticismo de no decirles a mis clientes lo que hago, me encanta tener una doble vida, tener una identidad en el trabajo y otra en esta otra vida donde nadie sabe quien eres" "Estaré pintando trenes toda la noche, sentado en un matorral esperando a que se vayan los limpias, pensando: mañana he quedado con un cliente a las 10.
Una vez tenía una presentación para unos nuevos inversores y cuando me dí cuenta aún tenía pintura amarilla en mis manos. Las escondí bajo la mesa y proseguí".
Según el GLA el graffiti está debastando grandes zonas en Londres, incrementando el miedo de la gente a la delincuencia, recortando inversiones y gastando millones en la limpieza, dinero que podría emplearse en servicios públicos? ¿Cuántos de esos 100 millones se deben a graffiti?
"Que me enseñen las facturas!" nos responde con desdén. "El costo es siempre exagerado, para los políticos el graffiti es un arma muy fácil de utilizar ya que es muy visible. No rompemos ventanas ni rajamos los asientos. El único daño que alguna vez hacemos es el agujero en la valla, y no tienen que hacer nada más que reconstriuirla de nuevo.
"Sí, puedo entender que una mujer mayor se sienta vulnerable en una ciudad pintada pero el resto de la sociedad no debería de sentirse así".
Estadísticamente, es cuestión de tiempo que detengan de Jason de nuevo. Su nombre aparece en la base de datos que la policía del metro tiene registrados, unos 2000, y desde que su amigo James "Moody" Dutka muriese en Mayo la policía se está esforzando por arrestar escritores.
Pero, sean cuales sean las multas y sean cuales sean los esfuerzos de la policia, Jason insiste en que sólo parará cuando esté preparado para dejarlo.
También desafía a los políticos que quieren aumentar las multas para poder limpiar la ciudad.
"El graffiti lleva en Inglaterra 20 años. Esto es más que una moda" nos dice.
muy buen texto. Me ha encantado leerlo, te sientes identificado con muchas situaciones y cosas.
ResponderEliminarCon entradas como esta se construye un buen blog de graffiti Pollos ;D
mucho cazurro suelto que se acojona al ver un texto de mas de dos parrafos, si no pones fotos de graffiti a la gente no le interesa
ResponderEliminarbuen texto,excesibo romanticismo en ocasiones pero muy buen texto.
ResponderEliminar"A las chicas al principio les excitaba, pensaban que era atrevido y "cool"!!.. pero cuando se dan cuenta de la realidad, desaparecer un fin de semana completo, volver lleno de pintura y queriendo acostarme con ellas.. resulta menos atactivo!!".
haber si pillo este finde!
muy buen texto !
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